Mérope es la más pequeña de las Pléyades, las siete ninfas a
quien Zeus convirtió en estrellas para escapar de Orión, el Arquero, que las
perseguía. Dicen que en el firmamento es la menos brillante, porque se enamoró
de un mortal, pecado que no se le perdona a una diosa.
El mortal se llamaba Sísifo y aunque rey, era también
villano. Por revelar secretos divinos a los hombres (como otro ilustre
predecesor, Prometeo, que les llevó el fuego) fue condenado a subir una gran
piedra a lo alto de una colina, y cuando estaba arriba, volvía a bajar, por lo
que él la volvía a empujar y así sucesivamente, una vez tras otra, hasta el fin
de los tiempos.
También intentó burlar a la muerte y lo consiguió en dos
ocasiones. En una, la encadenó con grilletes y, durante un tiempo, nadie murió
en la tierra hasta que Ares la liberó para que pudiera seguir haciendo su
labor. En otra, exhortó a su esposa Mérope para que a su muerte no ofreciera
sacrificios a los dioses, y así, una vez muerto, convenció a Hades, el dios del
Inframundo, para que le permitiera volver a la vida y así reprender a su mujer.
Una vez en la tierra, se negó a bajar de nuevo.
Por todas estas faltas fue condenado y ahí sigue, subiendo
la piedra y viendo como inexorablemente baja... para volver a empujarla una vez
más.
Dicen que el mar es como Sísifo, que vuelve una vez tras
otra, y ahí es donde se revierte la maldición: si bien subir una piedra
eternamente puede ser una tortura, saberte mar que va y viene para siempre
tiene algo de bello y poético... de amante
que nunca deja, de madre que sana, de cultura que, como dice la canción, vierte
en tí cien pueblos.
Como el mar que permanece, también para siempre quedan nuestros sentimientos, las palabras que
pronunciamos, las veces que dijimos te quiero, o las que pedimos perdón. En el mar de nuestra vida quedarán, y en el mar de nuestra muerte se fundirán con los recuerdos, hasta que la última persona que nos recuerda se apague.
Pero ¡qué precioso!
ResponderEliminarHa sido un verdadero placer leerte.
Me encanta, no te conocia de este lado, y que bieeeen! Muchas gracias.
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