viernes, 15 de marzo de 2013

Qué queremos decir cuando hablamos de Fracaso Escolar (Primera Parte)

Abandono y absentismo




El término “fracaso escolar” es de gran actualidad en la sociedad de hoy. Lo oímos en la televisión, tanto en informativos como en reportajes, en la radio, lo leemos en los periódicos… ¿Pero qué quieren o queremos decir exactamente cuando hablamos de fracaso escolar?
 


Hay varios tipos de fracaso escolar:  Podemos referirnos al  abandono de los estudios obligatorios, o a los resultados, o incluso puede que estemos hablando de fracaso de valores o de falta de los mismos.
En todos los casos hay que plantearse qué está pasando. Los estudios son hoy por hoy obligatorios hasta los 16 años (aunque la reforma del ministro Wert parece que situaría la edad máxima en 15 años) y si se abandona antes sin acreditar el título de ESO (Educación Secundaria Obligatoria) es porque el chico o chica cumple los 16 repitiendo algún curso y lo deja. Ahí la administración ya no puede obligarles a seguir. De entre todos los fracasos, en mi opinión este no lo es tanto, puesto que en ese caso estábamos obligando a escolarizarse a alguien que no lo deseaba, que no lo aprovechaba y que probablemente (aunque no siempre) molestaba en clase.
Capítulo aparte merece el absentismo escolar,  esas familias cuyos hijos no asisten a clase prácticamente nunca y que sólo cuando los servicios sociales insisten, incluso la policía yendo a buscarles, van dos días y vuelven a desaparecer. En muchas ocasiones hay una ayuda social por medio que la familia está cobrando y que la administración amenaza con retirar si los niños no asisten a clase. Personalmente me parece una situación absurda que una niña de 14 años esté en clase de brazos cruzados y que luego cuando haya repetido curso y tenga 16, se vaya del instituto, sin haber aprendido absolutamente nada, para prometerse y casarse y perpetuar un sistema de ignorancia y clases sociales cerradas. Ahí la administración ha hecho lo que ha podido, y por muchas políticas que se hagan, siempre habrá familias que conciban la educación no como un derecho de sus hijos, sino como una obligación.
En cuanto a los resultados, mucho habría de qué hablar. Las distintas delegaciones territoriales buscan resultados académicos y me parece muy bien. Pero claro, en algunos institutos hay un índice de inmigración del 80%, proveniente de familias cuyos hijos apenas han sido escolarizados o lo han sido en contextos muy diferentes, y necesitan un tiempo para adaptarse en todos los sentidos y también para poder pasar unas pruebas que en gran parte dependen de una comprensión escrita potente.
Acostumbramos a compararnos con países con resultados buenos en el informe PISA, como Finlandia. Pero nuestro país no es Finlandia. Nuestro país es grande, con una realidad demográfica complicada y un índice de inmigración alto. En los 12 últimos años la inmigración ha aumentado en un 15% en Cataluña (son los datos de que dispongo,  no poseo los números del resto del Estado) y si bien la crisis está originando cambios en este sentido, no podemos negar la tendencia al aumento de los últimos años.
Las diferentes reformas educativas acometidas en los últimos años también han propiciado un cambio profundo al que todos, comunidad educativa, familias y administración, hemos tenido que adaptarnos… Y no ha sido fácil.
 
(Continuará...)


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario